VALENTÍA Y AMABILIDAD
El pasado 27 de marzo se estrenó
en los cines Cenicienta, protagonizada por Lily James, en el papel de Ella-Cenicienta,
y Richard Madden, en el rol del príncipe encantador. El film narra la historia
tradicional de Cenicienta, una niña que, tras morir sus padres, queda en manos
de su malvada madrastra, la cual la convierte en una sirvienta. Pero la noche
en la que el príncipe celebra un baile para buscar esposa, aparece en su jardín
su hada madrina, la cual la va a convertir en una auténtica princesa con un
hechizo que tan solo durará hasta la medianoche. Cenicienta encandila enseguida
al príncipe con su belleza y su dulzura, pero al dar las doce sale corriendo
perdiendo un zapato de cristal. El príncipe buscará por todo el reino a la dama
que ha perdido ese zapato, aquella que le ha conquistado el corazón y a la que
quiere convertir en su esposa.
Cuando vas a ver esta película al
cine, evidentemente no esperas originalidad, sabes de sobra el argumento del
film, cómo empieza y cómo acaba. Sin embargo, existe esa atracción de ver a los
personajes de un cuento tan tradicional tomar vida en una pantalla como seres
humanos. Quizá lo que más cabría destacar del film es que, dentro de que se
trata de una película infantil, han querido adaptarla a un público un poco más
adulto, es por ello, que muestran la escena de la muerte de la madre, una escena
algo dura quizá para los más pequeños, y que también se centran especialmente
en la historia de amor del príncipe y Cenicienta desde su inicio, aunque no
solo eso, sino que también dan a conocer en profundidad algunos de los
sufrimientos más internos de la muchacha.